jueves, 5 de agosto de 2010

EL NOVENO MES



A los nueve meses de gestación es probable que tu hijo descienda en la pelvis, encajando su cabeza en ella; apreciarás que te ha bajado el vientre.
Cuando el niño se ha encajado tiende a disminuir sus movimientos; probablemente solo sentirás el pataleo, la presión de la cabeza al usar el suelo de tu pelvis como punto de apoyo, y los movimientos más débiles de los brazos. Pero no debe pasar ningún día sin que notes la presencia de tu hijo.

Si naciera en este mes, tendría todavía más posibilidades de sobrevivir que en el mes anterior, ya que los órganos principales están casi preparados para la vida fuera de tu útero.

El estómago y el intestino ya funcionan.

Su piel ya no está arrugada y es más suave, gracias a las células grasas la piel.

Su color de piel no es rojizo sino rosáceo.



Tu hijo crece desde unos 43 cm. de longitud al inicio del noveno mes de embarazo hasta aproximadamente 46 cm. a los nueve meses de embarazo.
Su peso aumenta desde alrededor de 1.980 gramos hasta unos 2.730 gramos de media.



En la semana 33 de embarazo es probable que tu hijo haya adoptado la posición cabeza abajo, en la que permanecerá hasta el parto.

Puedes distinguir entre la espalda del niño y un pie o una rodilla.

Sientes sus movimientos como golpes y patadas; ahora es demasiado grande para desplazarse con libertad en el líquido amniótico.



Al final de esta semana mide alrededor de 43 cm. de longitud y pesa unos 1.980 gramos de media. Si el peso de tu hijo está entre 1.500 y 2.600 gramos no debes preocuparte, ya que se encuentra dentro de los valores considerados normales.



En la semana 34 de gestación la piel de tu hijo se está haciendo más rosada.

Puede distinguir entre la luz y la oscuridad, y se encuentra bañado en una claridad rojiza cuando recibes la luz solar en el abdomen.

Tu niño es capaz ahora de respirar y realizar los movimientos de succión y deglución al mismo tiempo, lo que le permitirá alimentarse de la leche materna cuando nazca.



Al final de esta semana mide alrededor de 44 cm. de longitud y pesa unos 2.315 gramos de media. Si el peso de tu hijo está entre 1.750 y 2.900 gramos no debes preocuparte, ya que se encuentra dentro de los valores considerados normales.



En la semana 35 de gestación la médula de tu hijo es capaz de empezar a fabricar sus propias células de la sangre.

Quizás tengas dolores de espalda. Esto se debe a la relajación de los ligamientos y músculos que soportan las articulaciones de la región lumbar.



Al final de esta semana mide alrededor de 45 cm. de longitud y pesa unos 2.584 gramos de media.

Si el peso de tu hijo está entre 2.050 y 3.210 gramos no debes preocuparte, ya que se encuentra dentro de los valores considerados normales.

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